viernes, 3 de febrero de 2017

La economía en este año

Dijo la misión del Fondo Monetario Internacional (FMI) en su última visita a nuestro país: “El ambiente global se está volviendo menos favorable y más incierto para la economía de Costa Rica”. ¿Cuáles son los retos de la economía internacional para el desempeño de la economía costarricense en 2017?
Hay retos de carácter económico, financiero y político. Todos involucran riesgos y oportunidades. Los económicos se relacionan principalmente con los vaivenes de la recuperación mundial y las exportaciones costarricenses hacia los países desarrollados; los financieros danzan alrededor de las políticas del Banco de Reserva Federal de los EE. UU. (la Fed) y del Banco Central Europeo (BCE) sobre las tasas de interés en el mercado mundial, la consecuente apreciación del dólar y la caída del euro, flujos de capitales hacia los países en desarrollo, incluido el nuestro, y precios del petróleo. Los políticos, aún indefinidos, apuntan a los planes de la nueva administración en Estados Unidos. Todos influirán, de alguna manera, en el desempeño de la economía costarricense.
En la última revisión semestral de la economía mundial por el FMI, efectuada en octubre del 2016 (antes de la elección en EE. UU.), se prevé un ligero repunte del crecimiento real en el 2017 (3,4%) frente al provisionalmente estimado para el 2016 (3,1%). Eso sugiere que podría mejorar el panorama para las exportaciones de países en desarrollo. En efecto, se prevé que la tasa de crecimiento del comercio mundial total pasará del 2,3% en el 2016 al 3,8% en el 2017; las importaciones de los países desarrollados mejorarán del 2,4% en el 2016 al 3,9% en el 2017; y las exportaciones de los países en desarrollo pasarán del 2,9% en el 2016 al 3,6% en el 2017. Evidentemente, hay oportunidades de aumentar las exportaciones de los países en desarrollo, como el nuestro.
Los retos financieros son, probablemente, más complejos. Durante varios años, disfrutamos de bajas tasas de interés en los mercados financieros internacionales, amplia liquidez y poca volatilidad de las principales monedas fuertes, lo que estimuló flujos de capital a los países en desarrollo y permitió amplio financiamiento de los déficits en balanza de pagos. Pero las cosas han comenzado a variar. La Fed reanudó su programa de incrementos graduales de las tasas de interés (uno efectuado en diciembre del 2016 y tres más programados para el 2017) lo que generó, junto a la anticipación de los mercados por posibles efectos de la reciente elección en EE. UU., una caída importante en los precios de títulos de renta fija (mayores rendimientos) y alzas en las acciones cotizadas en las bolsas de valores (el Dow Jones se acercó a los 20.000 puntos en las últimas semanas).
El riesgo es que, conforme suban las tasas de interés en EE. UU. y continúe el fortalecimiento del dólar frente a otras monedas, merme el apetito por la inversión financiera en países como el nuestro, se afecte el balance de la cuenta de capitales y, consecuentemente, las cotizaciones cambiarias. Es un reto al que debemos poner atención.
Las cotizaciones de ciertas materias primas, en especial petróleo y sus derivados, son también un factor que pesa en la balanza. El FMI considera que en el 2017 el petróleo podría variar hasta un 17,8%, por el propio proceso de reactivación de la economía mundial y por el fortalecimiento del dólar (los precios del petróleo se cotizan en dólares). El Banco Central de Costa es un poco más pesimista. En su programa macroeconómico considera que el petróleo podría subir hasta un 24,4% en el 2017 e influir, junto con otros factores, en un mayor deterioro del saldo en cuenta corriente de la balanza de pagos, que ascendería de un 3,5% en el 2016 al 4,3% en el 2017, ambos en términos del PIB.
Los retos políticos giran en torno al recrudecimiento del proteccionismo en el comercio internacional observado en los últimos años. Como señalamos en un editorial anterior, la tasa de crecimiento del comercio internacional fácilmente duplicaba la del crecimiento real de la producción global hace unos años, pero ya no. En los últimos cinco años se redujo prácticamente a la mitad. El FMI señala que, para incrementarla, debe reanudarse la inversión mundial y, además, revivirse las negociaciones para reactivar la denominada Ronda de Doha en pro de la desgravación de los flujos de bienes y servicios, abandonada hace varios años. Ese es otro reto importante.
Ahora, sin embargo, hay nuevos riesgos tras las últimas elecciones en los Estados Unidos. El presidente electo señaló en campaña, y lo ha ratificado parcialmente después, su deseo de renegociar ciertos tratados de libre comercio como el que mantiene EE. UU. con México y Canadá, y no suscribir el de la Cuenca del Pacífico. Eso iría en detrimento de la corriente hacia el libre comercio de las últimas décadas y podría afectar más el comercio mundial. No visualizamos ningún intento de renegociar el TLC entre Estados Unidos, Centroamérica y la República Dominicana (con Centroamérica el balance comercial más bien es favorable a los Estados Unidos), pero sí sería conveniente estar preparados.


Natali Cardenas

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